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MTSR Capitulo 15 Mision Imposible I

Ver Indice: Mi truco es ser rico

Modo noche

Maldición, ordene a Lowe y Myrd que se pusieran sus mejores trajes, me di una ducha rápida y vestí mi traje de gala simple. Mande a Nadja por un carruaje y me dirigí al Palacio Imperial. Era la segunda vez que entraba a palacio pero el sueño y el mal humor no me permitían ponerme nervioso.

Mientras el carruaje se acercaba pude ver el Palacio Imperial más de cerca. Se le llama palacio pero en realidad es un grupo de edificios unidos por pasarelas y jardines. Al que me dirijo es el palacio de audiencias, un edificio enorme de un solo piso, posee varias habitaciones pequeñas sonde la gente espera y una más grande donde el Emperador recibe a sus invitados, es un edificio que te intimida y te hace sentir minúsculo.

Apenas llegue me hicieron pasar al salón de audiencias, camine de manera firme y realice una reverencia como dicta la etiqueta, algunos dirán que es anticuado, pero prefiero ir a lo seguro. El Emperador me mira desde su trono, una silla hecha de Mitryl finamente decorada, sinceramente no parece tener 40 años, su piel rosada se ve joven y brillante, su cabello rubio y ojos violetas le dan una apariencia feérica. A su lado esta su mano, no recuerdo el nombre de ese tipo pero puedo decir al ver sus ojos que se divierte, es un hombre de unos 40, su piel canela y cabello negro acompañan bastante bien sus ojos verdes. Puedo decir que ambos son bastante altos, pero algo me llama la atención, el Emperador tiene un trozo de comida en la mejilla.

– Bienvenido Conde Ale Guld, se le ha llamado hoy como recompensa a sus logros- Dijo la mano del Emperador- aunque lo haya hecho sin querer – Agrego en un tono similar a un susurro, para luego seguir hablando normalmente- No solo nos proporcionaste documentos probatorios de rebelión,  si no también entregaste a la justicia a un rebelde durante la subasta efectuada el día de ayer -¿Ese tipo realmente era un rebelde? Es increíble que mi niñería resultara cierta.

– He venido aquí  por su llamada mi Emperador – Dije ignorando a la Mano- estoy a sus órdenes.

– Bienvenido Ale Guld, veo que has tenido una noche ocupada y deseas descansar, por ende haremos esto  a la manera rápida- Dijo el emperador mientras la Mano le pasaba un documento-  Como recompensa se le entregara una misión divina, siguiendo su linaje e intereses se le entregara la misión de recuperar las tierras de Obscuris, tierras que…

– Me niego – Respondí sin dejar hablar al emperador.

– ¿Ah? Lo siento Ale Guld , creo que no lo escuche correctamente…

– Me niego a la misión de recuperar la ciudad de Obscuris mi Emperador.

– Pero es una recompensa y una orden, no puedes negarte.

– Si puedo, articulo 16, párrafo 4 de la ley imperial “ El Santo Emperador tiene poder sobre todos los ciudadanos, con excepción de aquellos cuya edad no sea la mínima necesaria para ser considerado adultos”- Dije recitando de memoria- Tengo trece años, dentro de dos semanas cumpliré los catorce, pero la edad mínima requerida para ser considerado adulto en las tierras imperiales es de 15, así que si puedo negarme.

El salón quedo en silencio, el Emperador me miro como si yo fuese un bicho raro, llamo a la Mano y comenzaron a cuchichear por varios minutos.

– Ya veo joven Ale Guld, usted tiene razón, por ello hemos decidido aplazar la misión hasta que usted cumpla los quince además debido a su sapiencia y valor hemos decidido convertir la provincia de Nouth en la provincia de Guld bajo el cuidado de su familia, me encantaría darle el territorio de Obscuris pero lamentablemente mi predecesor lo vendió como una broma a un noble extranjero.

– No se preocupe mi Emperador, ese título está en mi posesión, ahora si me disculpa, tengo cosas que atender.

– Adelante puedes retirarte.

Ese hijo de… , tranquilo Ale, me la jugo y me la jugo bien jugada , maldición. Pero no lo dejare así, algún día me las va a pagar.  Me subí al carruaje y en silencio llegue a mi hogar, salude a mis seguidores y me dirigí a mi cuarto a dormir.  Cuando desperté ya estaba bajando el sol, me vestí de manera simple y baje a comer algo, cuando llegue al salón me encontré con Nadja discutiendo con un hombre  desconocido, la discusión se veía bastante tensa, así que me acerque, al verme NAdja rápidamente se inclino y dijo:

– Buenas tardes amo señorito, espero que haya descanzado bien – Su formalidad me sorprendio, pero entendí que se debía al hombre con el que sicutia.

– Buenas tardes  joven Guld – Dijo el hombre, era un hombre musculoso, calvo, vestido con ropas apenas aceptables para ser consideradas formales, obviamente era el trabajador de alguna tienda o taller de medio pelo.

– Conde Guld, señor Marchelo, Conde. Si no lo dice correctamente me temo que se considerara una afrenta y podrá ser ejecutado – Dijo tranquilamente Lowe mientras entraba al salón

– Dis, discúlpeme Conde Guld – Dijo el Hombreton

– ¿Qué ocurre Nadja, a que se debe la pelea? – Dije ignorando a Marchelo.

– Amo señorito, este señor es un enviado de la compañía Midas, trajo a los esclavos y elementos que compramos en la subasta, pero faltan 9 esclavos, cinco de los niños, dos hombres Bestia y dos enanos, aquí tiene el documento – me paso un papel de confirmación, claramente las cifras no coinciden .

– Lowe, informa – Dije

– Es correcto lo que dice Nadja, Myrd ya fue a la compañía Midas, además la dríada no ha sido entregada y nos están cobrando los costos de transporte y ritual a pesar de que la compañía aseguro que  esos corrían por su cuenta.

Mire al hombre, se veía incomodo, mire a Nadja y Lowe, suspire.

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– Capturen a todos los trabajaores, autorizo el uso de fuerza letal – Dije

– Entendido – Respondieron Lowe y Nadja mientras se desvanecían en zumbido, al poco rato se escucharon gritos que se ahogaron rápidamente, el hombretón me miro asustado pero no se movió-  Sus órdenes fueron cumplidas  – dijeron mis siervos al aparecer nuevamente frente a mí, mucha gente lo olvida pero Lowe era un rey gladiador, un guerrero que fácilmente podía vencer a varios oponentes sin siquiera sudar, ahora súmale una armadura de batalla, que aunque sea un prototipo, amplifica su fuerza y velocidad por cinco. Súmenle a Nadja, que aunque es un poco rara, es capaz de luchar a la par de Myrd y Lowe. Ellos son mi pequeño ejército de tres hombres.

Mientras ocurría esto, las nuevas sirvientas instalaron una mesa y un par de sillas en el patio, me senté en ese lugar y rápidamente me sirvieron mi comida. Marchelo estaba parado en silencio mientras era custodiado por Nadja, el resto de los trabajadores estaban sentados en círculos custodiados por los perros de Nadja, sabía que estaba trayendo perros callejeros pero según mis cálculos hay unos quince perros y al menos tres de ellos son mastines de guerra, creo que tendré que hablar con ella otra vez.

– Amo señorito, Myrd viene en camino.

– Entiendo, abre las puertas y déjala pasar.

Myrd llego montando un caballo de color rojizo, era su caballo personal llamado Hoguera  el cual le había comprado como compensación de los gastos realizados por mis otros seguidores. Por si se lo preguntan Hoguera es un caballo de fuego, una bestia cara pero poderosa, puede respirar fuego como un dragón y correr por tres días sin cansarse. Ella misma pidió un caballo como regalo, Ada pidió instrumentos y libros de cocina, mientras Laura pidió que le diera un buen dote cuando se casara, extrañamente la menor de mis seguidores era la más realista.

– Maestro, esta ha traído al representante oficial  de la compañía Midas – Dijo Myrd mientras bajaba del caballo a un hombre delgado y largo, era el mismo tipo que se había disculpado  después de la subasta.

– Buenas tardes Conde Guld , soy Sabini Midas tercer hijo de la familia Midas y actual encargado de la sucursal de nuestra tienda en la capital Imperial, su sierva ya me informo de la situación – Se aclaró la garganta y grito – ¡LOS CULPABLES VENGAN AQUÍ! –  tres tipos más Marchelo se acercaron a Sabini.

– ¿Trabajadores esclavos? – Le pregunte a Sabini.

– No exactamente, un requisito para trabajar en nombre de nuestra empresa es realizar un ritual de  esclavitud por tres años, más que nada para impedir la traición y los robos – respondió tranquilo

– Un excelente método, pero ¿Qué ocurre si roban o traicionan a la empresa?- Volví a preguntar.

– Debido al contrato pasan a ser mercancía.

– YA veo

– Muy bien Conde Guld , veamos que paso- Dijo Sabini mirando a los trabajadores que se habían acercado- Esto es una orden, díganme que paso

– Tomamos a esas esclavas y las escondimos en la bodega junto con otras esclavas que habíamos robado antes, teníamos pensado vendérselas a algún tratante de esclavos ilegal y luego desaparecer. La Driade que falta viene en camino, debido a que viene con el árbol de plata viaja más lento que los otros carros – Respondió Marcelo casi sin moverse, parecía como si no quiera confesar su crimen, pero la orden de su amo era absoluta.

– Ahí tiene Conde Guld, últimamente me he tenido que disculpar mucho con usted y lamentablemente tendré que hacerlo nuevamente, espero que este tipo de eventos no provoquen tensiones entre su casa y mi compañía – Dijo Sabini con una referencia de 90 grados perfecta, este tipo si sabe de etiqueta, luego se paró firmemente y miro a los culpables del problema-  De acuerdo a su contrato ahora son mercancía, serán vendidos como esclavos y la mitad del dinero de su venta será enviado a quien ustedes designaron.

– ¿Cuánto será señor Sabini? – Dije

– ¿Perdón? A que se refiere Conde Guld

– Sobre el precio de esos cuatro, quisiera comprarlos

– ¿eh? Serian cuatro de oros por los cuatros – Dijo Sabini indeciso.

– Traspásame el control entonces – dije mientras le pasaba cuatro mendas de oro, el sin entender mucho me traspaso el control de los nuevos esclavos. Me acerque a ellos, saque la espada corta que siempre porto y se la pase a Marchelo – Mata a tus compañeros de crimen, es una orden. Ustedes tres, dejen que él los Mate.

La casa se puso en silencio, Marchelo se paró y con un corte rápido le corto la garganta a sus acompañantes, mis siervos me miraban en silencio, al momento que compre esos cuatro  ellos ya sabían que las cosas terminarían así. Me acerque a Marchelo le pedí mi espada y con ella le corte la cabeza, mientras limpiaba la sangre de mi espada mire a Sabini y dije:

– Muy bien señor Sabini, entremos a ver como continuara la situación y como se va a disculpar la compañía Midas con mi casa.

 

 

 

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