The Hero - Capítulo 02
Capítulo 02
Sin entrenamiento
El camino fue sin duda difícil.
Y no es que haya sido difícil por que sí. Según entendí de Glenn, esto está hecho de tal manera para cuidar de los héroes y aquellos que quieren conspirar contra el Reino. Entonces nos tocaba tener cuidado con cada paso en el camino, y vigilar a los que estaban atrás.
Por cierto, Glenn es el joven mago que me recibió.
Según entendí de Glenn, a veces hay héroes rebeldes que creen que pueden con todo y contra todos, y entonces mueren apenas intentan poner un pie donde no deben. Aunque también está hecho para cuidar de aquellos que creen ser no menos listos, y apenas intentan pasar, mueren.
Este lugar no era menos que un gran laberinto subterráneo, que incluso si lograbas llegar al destino del altar, de igual tendrías que salir, solo para ser capturado por el Reino en el instante en que pongas un pie afuera.
De hecho, ninguna opción es viable por lo que oí decir a Glenn, pues justo afuera en la salida, quedarías frente al castillo.
Está hecho para ser una gran trampa, con más trampas adentro. El gran laberinto bajo el Castillo Strauss.
Otra cosa de la que me hablo Glenn en nuestra travesía por este laberinto, es de la familia real. La familia real Strauss para ser más exactos.
Una gran familia con al menos 2.000 años de historia, bastante, incluso en este mundo según lo que dijo Glenn.
Y Glenn, era al parecer un buen amigo o un muy buen compañero para hacer, por lo que tome la oportunidad, y aunque no estoy seguro si somos amigos, lo intento.
En este mismo momento nos encontramos subiendo las escaleras a la salida. Desde hace más o menos… ¿10-13 minutos?
En fin, sin duda era largo, y trabajoso subir todo esto, pero nadie en todo el camino dio una sola queja, y yo no sería el primero. Vamos, te imaginas a un héroe siendo el primero en quejarse. Yo sin duda no, y por eso no lo iba a hacer, al menos me quiero quedar con esa poca imagen.
Mientras subíamos, seguí haciéndole preguntas sin sentido a Glenn, como cuales son las mejores comidas, si me las recomienda, si es más fuerte la espada o la magia. Cosas simples, pero que al final del día, me informaban a mí.
Incluso podríamos decir que Glenn es mi internet en este momento. Si no lo sé, le pregunto, si no lo entiendo, le pregunto, si quiero ayuda, le pregunto, etc.
“Héroe, ya estamos casi allí” Dijo, dirigiendo su mirada hacia arriba, con una seriedad que no tenía hace un rato en su rostro. “Héroe, recuerde todo lo que le dije, incluso si es solo por entender un poco más”
“No te preocupes, recuerdo un poco de todo.” De hecho, me dijo muchas cosas en el camino, pero, aunque no las recuerdo del todo, al menos si recuerdo la mayoría; La mayoría que me importaba, pero tampoco se lo dire.
“Bien.” Dijo, dirigiendo su mirada al frente otra vez, mientras seguía caminando, y todos le seguían, en un extraño silencio, como si hubiera sido todo planeado ya.
2 horas, es más o menos el tiempo que nos llevó salir de este lugar oscuro, solo iluminado por esas pequeñas velas. Y aunque aportaban un poco a la visión, en términos generales, la mitad del tiempo estarías ciego, y la otra mitad cerrando los ojos para intentar distinguir de entre la poca luz las cosas.
Al fin, entre esta oscuridad, veo una gran puerta de metal, que parecía realmente pesada. Y si me preguntas como sé que era una puerta, es porque aquí terminan las infernales escaleras, y se pueden ver las delgadas líneas de luz a través de los espacios de la puerta. Por eso sabía que era una puerta, una puerta realmente grande.
Glenn, al igual que siempre toma la delantera, y toca la puerta con suficiente fuerza como para que esta resuene.
“Héroe, ahora solo queda esperar que la habrán.” Dijo, haciéndome señas para que ahora yo me pare enfrente del grupo.
Sin otra opción, muevo mis adoloridas piernas hacia allá. No fue un trabajo duro, pero mi pereza me está diciendo que me detenga y ya no haga nada más por el resto del día.
En unos instantes, comienzan a resonar el sonido de las cadenas, mientras la puerta se levantaba hacia arriba, por la que poco a poco comenzó a entrar la luz.
Nunca creí que iba a decir esto, pero realmente extrañaba la luz. En este maldito laberinto, aparte de una luz que deja mucho que desear, solo hay oscuridad.
Una vez abiertas las puertas, me vi segado por esa luz, esa caliente y vigorosa luz.
Una vez recuperé la visión, vi más gente afuera. Y para que se entienda, ese grupo afuera, nosotros comparados con ellos no somos nada más que un grupito.
Si aquí había 13 personas, incluyéndome, allá debía de haber mínimo unas 45 personas. Tal parece que pasare un buen rato acá. Al parecer mi invocación a este mundo no era tan secreta como esperaba que fuera.
Sí, yo esperaba que fuera secreta, cuanta menos gente, mejor. Al menos eso creo.
Mientras estaba hablando conmigo mismo, se acercó un hombre que parecía bastante maduro, con unas cuantas canas visibles en su cabello, que era de cabello más corto en comparación con el de Glenn.
“Imagino usted debería ser el héroe ¿Verdad?” Fueron sus palabras al dirigirse a mí, que complemento con una ligera inclinación.
“Si, yo soy el héroe.” Sinceramente me gustaría decir más, pero en este momento no se me ocurría nada (X2), después de todo, incluso Glenn que era como mi Wikipedia, no sabía demasiado de lo que tenía que hacer, excepto que cuidaría los intereses del reino. Realmente no me aportaba demasiado.
“Hmm, ya veo. Entonces sea bienvenido a este mundo héroe. Más tarde usted será recibido por el Rey, así que mientras tanto, ¿porque no nos cuenta de usted?” Decía, con una cara casi estoica si no fuera por esa ligera sonrisa en sus labios. Aun así, no parecía una buena sonrisa.
“¿Hmm?” Sencillamente pude pensar, ya que realmente no había mucho que contar, incluso mi vida como estudiante fue mediocre en el mejor de los casos.
“¿Acaso le ha molestado la pregunta héroe? Si ese es el caso, entonces puede ignorar mi pregunta, en tal caso no quiero ser irrespetuoso.” Dijo con una expresión de disculpa que parecía sincera.
“No, para nada. Es solo que realmente no hay mucho que contar. Mi vida fue aburrida cuanto menos.” Sin duda era aburrida, a excepción de esos momentos de diversión con mis amigos, y ver mujeres a través de una pantalla. Y aunque yo no estuviera allí, al menos mi mano me consolaba un poco.
“Oh, ya veo. Bueno, y que tal las habilidades del héroe. Imagino esas sí estarán a la par de su nombre ¿Cierto?” Decía con una expresión de anhelo, pero mezclada en ansiedad. Pero en cambio era realmente yo el que se sentía un poco mal.
¿De qué habilidades está hablando?
Esto nunca fue dicho en esas novelas que leí.
Es bien sabido que una vez el héroe llega a otro mundo, es recibido con las manos abiertas, y se les entrena para ser grandes héroes capaces de cambiar la historia. Pero ninguno tuvo habilidad, solo talento, así que me parece ridículo que me pidan que muestre mis habilidades, las cuales sencillamente no existen.
“Yo… Realmente no tengo habilidades” Por que esperarían que tenga habilidades, ¿acaso nunca han invocado un héroe, o es que sencillamente es otro mito desmentido?
“A-…” Su cara cambio inmediatamente, como si no lo pudiera creer. Al parecer dije algo o muy raro, o algo que no se debía decir. Espero no haber metido la pata.
“Hmm, eso ciertamente es raro, pero en ese caso no nos queda nada que no sea informar a su majestad.” Su cara cambio tan rápido, que debería de recibir un premio por mantener esa cara estoica.
“Ya veo, entonces ¿Qué hare de ahora en adelante?” Mis dudas necesitaban ser respondidas, sobretodo ya que al fin salí de ese maldito calabozo de horror.
“Héroe, usted probablemente recibió toda la información de Glenn ¿Verdad?” Y aunque me preguntaba a mí, veía la molestia en sus ojos cuando se refería al nombre de Glenn.
“Si. ¿Hay algún problema?”
“No, por supuesto que no. Es solo que si Glenn no cumplía lo que se suponía debía hacer, nos iba a poner muy tristes a nosotros.” Decía con una cara triste, que si no fuera por esa espeluznante sonrisa sádica seria digna de premios.
“¿Y por qué estarían tristes?” Sin darme cuenta deje salir mis dudas.
“Por qué nos tocaría castigarlo a nosotros, y no queremos lastimar al pequeño gran talento de acá.” Le creería si no fuera por esa sonrisa que dejaba salir sin darse cuenta. Y aunque dijo eso hacia Glenn, a él no parecía importarle mucho.
“Hmm, ya veo. Y, por cierto, ¿Que tengo que hacer ahora?” Seguía en lo mismo, preguntando sin una respuesta directa, aun así, tenía que seguir insistiendo.
“Creo que lo mejor es que vayamos a ver al Rey, seguro ya estuvo esperando demasiado.” Decía con una cara y tono que me indicaba que lo mejor era apurarnos hacia el castillo. “Por favor síganos, héroe.”
“Hmm.” Y así, me dedique a seguir al grupo de personas, que a diferencia del nuestro que parecía estar hecho solo de magos, había gente en armadura, otros sin ella, pero igual de musculosos. Otros no parecían tan fuertes, ni corpulentos, pero parecían bastante atléticos si me preguntas.
Creo que ellos serían mi idea de los ladrones, y de hecho uno de ellos incluso llevaba un arco. Aunque sí que era un arco pequeño, estaba hecho de tal manera que incluso yo me daría cuenta de lo poderoso que sería un tiro de ese pequeño arco.
En el camino, me di cuenta que esto era realmente grande, no espacioso, pero si grande.
Pues justo a la salida del laberinto, a la derecha se encontraba el castillo, pero a la derecha se encontraba un pedazo de tierra sin césped, y solo unos vagos senderos a los que seguir. Por supuesto, aunque dije que no era espacioso, eso sería objetivo, pues en realidad estas cosas que estoy viendo no están tan cerca, tan solo son “visibles”.
Y 15 minutos después, llegamos a una gran entrada, en la que parecían podían caber al menos unas 50 personas sin estar tan apretadas. Solo la entrada era más grande que mi apartamento, eso sí que es triste.
Aun así, debía admitir que era hermoso, y aunque no tenía ese tono dorado que yo esperaría, era bonito, elegante, y ciertamente te hacía pensar que pertenecía a la realeza.
Mientras pasaba al castillo, me percate de un par de guardias en la entrada del castillo, que, aunque parecían ser poco ante nuestro gran grupo, tanto Glenn, como el hombre de mediana edad parecían respetar a estos guardias.
“Entonces supongo que este es el héroe ¿verdad?” Le decía al hombre de mediana edad mientras me veía.
“Sí señor, él es el héroe.” Le decía señor, aunque por lo que veía el guardia era más joven, ya me imagino su fuerza.
“Hmm, aunque no parece tan fuerte. Esperemos que eso no le importe a Su Majestad.” Decía, como si pudiera saber mi fuerza con solo una mirada, lo cual me dejo un poco triste. “Bien Frederick, y Glenn, ustedes serán bien recompensados por el Rey, deberían de aprovechar esta oportunidad para ir a la biblioteca.”
Estaba realmente triste, aunque yo no era fuerte, tenía talento al menos ¿Cierto?
“Si usted está dispuesto a interceder por nosotros estoy seguro que el Rey nos dejaría ingresar a la biblioteca.” Decía Frederick, con una extraña cara de anhelo en su rostro casi siempre estoico, como si esa biblioteca fuera lo más sagrado que tenía. E incluso la cara seria de Glenn que tenía ante Frederick, cambio un poco ante el nombramiento de esta biblioteca.
“Dalo por hecho, pero eso es solo si el Rey está contento.” Su expresión hacia evidente que eso no dependía de él, y creo que tenía más que ver conmigo. “Bien, ya hemos hablado demasiado, síganme a la sala del trono, síganme.”
Después de decir eso, me dirigió una mirada para que caminara con él, y todos los demás que nos siguieran.
“Por lo que veo tu cuerpo no parece estar condicionado para pelear, y no tienes un aura mágica. Así que, ¿Que eres?” Me dijo mientras caminábamos hacia la sala, lo cual solo me hizo sentir aún más triste. Admito que lo de mi cuerpo sí que es mi culpa, pues nunca había entrenado o ejercitado mi cuerpo. Pero, ¿cómo quieres que entrene en la magia en un mundo sin magia?
“No, de hecho, no estoy entrenado en nada.” Siento un poco de vergüenza por decirlo, principalmente porque incluso mi condición física no es de lo mejor. Y siendo sincero sí que me pude entrenar un poco.
“Hmm… Entonces esto va a ser difícil.” Su cara misma me indicaba que al parecer, mi falta de poder era un problema. Y uno bastante grande.
En un momento ya estábamos en la sala del trono, donde esperaban un montón de personas.
Algunas sentadas, otras de pie, pero eso era lo de menos. Lo que era importante, es que, si mi intuición no me falla, todos estos acá son nobles.
Y según lo que he entendido de lo que me dijo Glenn, y lo que se dé historia, todos estos nobles acá deberían de ser parte de la corte real.
Todos se veían solemnes acá, vestidos en ropa que a simple vista sabias sus valores, sus ornamentos que acompañaban sus ropas no parecían ser menos valiosos. Y a diferencia de lo que cualquiera creería, no se veía mucho el oro acá, como si su valor de material valioso no fuera lo suficientemente valioso para entrar a esta sala.
Pero, por encima de todos estos hombres, de los que algunos parecían fieros, otros elegantes, y otros serios. Una mezcla de todos los tipos, se encontraba alguien que destacaba aún más, y no solo porque estuviera 5 escalones más altos que todos, y sentado en un trono que parecía hecho de oro, pero más oscuro.
Con joyas incrustadas en el trono, 14 para ser más exactos, todas con su propio color, y cada una con un brillo en particular, que te aseguraba que ninguna se parecía a la otra. El hombre sentado en el trono, vestía una camisa morada, junto con pantalones negros. Su capa hecha también de color morado, pero más oscuro, y con una pequeña estrella de color dorado. Su cara no parecía amenazante, al contrario, había incluso una pequeña sonrisa colgando en su rostro, pero no podía evitar que yo temblara cada vez que veía sus ojos de color castaño claro.
Ese hombre era el Rey de estas tierras, el Rey Harlaus III.
* * * * *
¿Sabían que no eran “batas”, y en realidad eran túnicas? Bueno la verdad es que yo tampoco.
Yo tampoco. En fin, pueden agradecerle a Final Fantasy Tactics de GBA, aunque también es su culpa que yo no monte capítulos, así que queda a su disposición si agradecerle o maldecirlo.
Respecto a lo de las “batas”, ya fue arreglado.