El príncipe nigromante - Capítulo 12 - Retorno.
Retorno.
Alexander va montado en el golem mientras huye de la zona. En el cielo se escuchan chillidos del águila mientras se retira para dejar sus presas a su nido y luego regresar tal vez. La oscuridad protege a Alex junto al bosque.
«Debo de darme prisa ahora que está un poco lejos.» Se susurra a sí mismo.
El golem corre por pocos minutos mientras que la tierra se sigue moviendo por la potencia de los pasos y las bestias se alejan. El sudor cubre la frente de Alex y cuya cara marca mucha seriedad, preocupación y pensamientos profundos.
«Pero no tardará en regresar. Piensa, ¿Cómo puedes escapar de él?»
En la mente de Alex cientas de simulaciones pasaban por su cabeza, cientas de estrategias que resultaban en derrota, otras que resultaban en victoria pero sin mana suficiente para mantener vivo a Robert, otra en la que intentaba escapar a pie mientras usaba al golem como cebo pero el tiempo le fallaba y Robert moría o que ambos eran asesinados por las bestias del bosque.
«Mmmm… piensa más a fondo, estas en un bosque y es de noche por lo que hay oscuridad, tu elemento. ¿Qué ventajas puedes conseguir en un bosque?» Se habla a sí mismo.
Alexander estaba pensando tan fuerte que su cabeza le empezaba a doler pero no prestaba atención a eso. El seguía creando simulación tras simulación.
«Por ahora solo puedo correr y esperar a que escape del lugar…»
Mientras el golem corre y Alex piensa hasta el hartazgo, una memoria de su amigo llega a su cabeza. «No debes de sobre pensar las cosas. Si lo haces, no tendrás tiempo de actuar.»
Alex suspira en tristeza. «Incluso en la muerte me sigues recordando cosas y dando consejos, pero tiene razón, estoy pensando demasiado. Puede que incluso el águila nos deje ir ya que no representamos amenaza.» Dice dudando de lo último sin saber que de hecho era así.
Finalmente Alexander no hizo nada más que escapar en línea recta y los minutos pasaron normalmente. Alex finalmente se logró calmar un poco e incluso se rió de sí mismo al ver lo que pasó.
Alex olvidó que de hecho el Val Gabil no solo se fue para dejar a sus presas, sino que sólo toma como amenaza a cualquier otro ser volador y actualmente, incluso si supiera dónde está Alex, no iría a cazarlo por la lejanía. Ahora Alex tenía tiempo para tratar debidamente la herida y ser capaz de manejar de forma correcta la situación, aunque sigue siendo cierto que el no tiene suficiente mana para todo el camino por lo que debe de actuar para reabastecerse en el día.
«Je, llevaba tanto tiempo pensando en estrategias por la guerra que olvidé cómo dejar de hacerlo, aunque tiene sentido. Solo llevo mas o menos 1 mes vivo y todo el tiempo que pase muerto no descanse exactamente.» Entonces un escalofrío recorre su espalda al recordar. «Jejeje, literalmente fue una experiencia de muerte.»
Los minutos se convirtieron en horas y el mana se reducía. Después de algo más de tiempo, el amanecer llegó a la tierra y el calor del sol penetraba los pequeños agujeros que dejaban las hojas.
«Parece que ya amaneció. Tengo un poco de hambre pero puedo aguantarme aunque… tal vez cazar algo no sea mala idea. Puedo absorber su fuerza vital y recuperar algo de mana aunque para eso debo de bajarme del golem y hacer que se quede quieto, no quiero espantar a los animales.» Alex mira a Robert. «Y la herida está lo suficientemente estabilizada como para darme tiempo de conseguir algo.»
Alex se estira y salta de su lugar para después adentrarse al bosque.
«Espectro, ayúdame a buscar bestias. Si es posible también encuentra bayas jalji, fanji o calji, esas son comestibles y son comunes en este bosque.» Entonces piensa «(Aunque son un poco amargas, pero es eso o pasar hambre, además, esas 3 tienen un poco de mana almacenada en el núcleo por lo que consumirlo es beneficioso.)» Las jalji son de color rojo, las fanji de color naranja y el calji de color amarillo. Son similares a los arándanos pero un poco más grandes.
El espectro sale del cuerpo de Alex, asiente y se mueve entre las sombras de los árboles mientras que Alex se dirige a otro lugar a realizar su caza y recolección.
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Mientras tanto los magos sobrevivientes del ataque.
Los 4 magos que lograron sobrevivir al asalto del Val Gabil también se lograron retirar con éxito y llegaron al campamento completamente cansados y con algunas heridas de bestias que se encontraron en el camino.
Una vez llegaron, se reportaron al capitán.
«Barón-capitán Reler, hemos fallado y 6 de nuestros compañeros murieron en combate. 4 de ellos contra los magos y 2 más contra un Val Gabil, razón por la que nos retiramos. Nos disculpamos sinceramente por nuestra ineptitud y esperamos su castigo.» Dicen respetuosamente.
El barón se quedó callado un momento mientras analizaba un poco la situación. Su cara era una expresión de enojo y tristeza pero también de calma.
«¿Qué pasó con los magos? Uno de ellos murió aplastado por un árbol, ¿Y los otros 2?»
«Uno fue paralizado por el ave y el otro fue cortado al intentar proteger a su compañero. Por la caída y el corte por parte del ave creemos que se encuentran gravemente heridos pero no pudimos confirmarlo.»
«Ya veo…» El barón se pone pensativo y prosigue. «Ninguno de ustedes será castigado. Hicieron bien en regresar y reportar lo sucedido. Recuerden que no pueden morir en vano, ya murieron 37 valientes hombres, no, 43 hombres. Regresaremos y reportaré lo sucedido con el Vizconde-mayor. ¿Algo más?»
«Si señor, uno de los magos era un oscuro y… se dirigían al norte.»
«¿Eso es verdad?» Entonces mira a los 4 sorprendido y los 4 asienten. «Ya veo, entonces el ataque no fue efectuado por mercenarios. ¿Nos estaban siguiendo desde antes? Incluso ahora los remanentes de Ephiria son fuertes y peligrosos, por no decir maliciosos por lo que nos hicieron, esto significa que los mercenarios lograron escapar… Una cosa, ¿El oscuro era una mujer?» Pregunta lo último con curiosidad.
«No señor, era un joven de más o menos 18 años, algo sorprendente ya que su fuerza es de quinto nivel. La letalidad de sus hechizos lo delató, además de que su compañero también era nivel 5, el viento alrededor de él era más intenso en el que en nosotros.» Elogia un poco a su enemigo y el barón se vuelve a sorprender y abre los ojos.
«¿Dos niveles 5 y uno es oscuro?» Se pone un poco pensativo pero prosigue. «Ya veo, entonces no fue ella, o por lo menos no directamente pero ¿nivel 5 a los 18? Eso es algo bastante raro, su talento mágico debe de ser bastante alto, ¿Como dejamos escapar a alguien así en su momento? Es un peligro dejarlo vivo. ¿Le han visto la cara?»
«No señor, pero su cabello era negro y largo y su cuerpo era balanceado. Perdón señor pero estaba muy oscuro, no pudimos ver mucho.»
«Esas son características de un ephiriano promedio, ¿algo más, que tal su compañero?» Dice un poco decepcionado por la información obtenida.
«Lo mismo que el oscuro solo que más grande, perdone nuestra ineptitud. » Dice avergonzado.
«Ya veo, entiendo las circunstancias así que no se sientan culpables. Nos retiramos, no tenemos suministros para ir a ningún lado. Lo único que podemos hacer es pasar hambre y regresar a Aedar.»
«Entendido.» Dice un poco disconforme con la situación pero sabe que no se pueda hacer nada.
«Retirense.» Los magos se despiden respetuosamente y se retiran, posteriormente el barón saca una botella de vino, se sirve un trago y se sienta. «Esos malditos ephirianos pagarán por lo que han hecho.» Y le da un trago al vino y mira su copa. «Norte… aún sin su líder ellos siguen peleando bajo la segunda al mando, pero no los culpo, también habría hecho lo mismo en su situación.» Entonces suspira, termina su vino y guarda tanto la copa como la botella y se prepara para irse. «Nivel 5 a los 18… debo de reportar eso.»
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Alex se encontraba en cuclillas, caminando entre arbustos y césped que le llegaba hasta la rodilla mientras escuchaba atentamente a sus alrededores, al mismo tiempo, el espectro vigilaba los alrededores con facilidad hasta que finalmente encontró algo.
«(Maestro… hay una enorme cantidad de jalji a su derecha…)» dice forma fría.
«(Bien, como algunas y finalmente consigo un animal.)»
Una vez llega, Alex come una buena cantidad de jalji con una cara que expresa un poco de disgusto y finalmente cuando se llena guada algunas más en una pequeña bolsa.
«Odio este sabor…»
Una vez se levanta, siente una presencia en su espalda y justo cuando se voltea una bestia se lanza sobre él pero Alex logra proteger su cuello al cubrirse con sus brazos, dejando solo un pequeño alarido de dolor ante las inmensas heridas provocadas por las garras que destrozaban sus brazos. Era un tigre trepador, cuyo patrón era de negro con verde. Su método de caza es literalmente trepar un árbol y emboscar al ser que pase cerca. Son seres muy pacientes, quedando en un solo lugar por varias horas y normalmente apuntan al cuello para asegurar la muerte. Son muy difíciles de detectar pues se camuflan bien entre las hojas y sombras del bosque.
«¡Espectro!» Justo después de gritar con dolor, el espectro usa sus 2 cuchillas y las entierra en el pecho del ser, haciendo que este se retire. «¡No escaparás!» Alex apunta y dispara [lanzas de hueso] para finalmente dar al blanco y derriba al animal para después caminar hacia el. «Fue mala idea atacarme maldito gato sobredesarrollado. [Absorción de vida].»
Finalmente el animal se marchita, deja de moverse y muere. «Mi magia está recuperada pero… mis brazos duelen.» Dice al ver sus brazos ensangrentados. «Me lo busque al bajar la guardia, el dolor me dice que no están rotos, después de todo se como se siente, por lo que lo siguiente sería… ¿Una fisura?» Alex suspira. «Claro, si se rompieron pero al absorber la vida de la bestia la mayoría de mis heridas se regeneraron casi por completo. Da igual, debo de seguir adelante, espectro, regresa.» El espectro vuelve a entrar al cuerpo de Alex.
Alex finalmente regresa hasta el golem y sigue su camino, poco después logra regresar al camino hacia Ephiros y lo sigue, usando atajos cada vez que puede.
En todo el camino Alex no fue atacado ya que el golem daba un aura de peligro para cualquier bestia cercana por lo que él no se preocupaba tanto por un ataque ahora y ya no se atrevía a andar solo por la posibilidad de ataque.
En la noche, Alex se mantiene despierto hasta el siguiente día y se dedica a escuchar los sonidos nocturnos de los insectos y en el fondo del bosque podía ver luces y plantas y hongos de hermosos colores de azul, morado y amarillo.
«Qué hermosas luces. Dan un poco de luz a los pequeños animales y les da refugio.» Piensa en voz alta. «Recuerdo la primera vez que papá me llevó al bosque para mi cumpleaños, incluso me lleve un conejo y me sorprendí que mi padre me lo permitiera.» Ríe un poco. «Al final era solo una prueba de responsabilidad que se le ocurrió en el momento y yo caí por completo. Sin duda un movimiento inteligente y efectivo, siempre admiré eso de él.» Al final se acomoda entre los brazos del golem y recuesta su espalda y cabeza en las costillas. «Y otra vez lo hice, empecé a hablar solo. ¿Eso no es raro verdad?» Se pregunta a sí mismo.
En la mañana del día 2, Alex decide navegar en sus memorias, ya sean felices o tristes, emocionantes o aburridas, vergonzosas o desvergonzadas, todo mientras tenía una sonrisa en la cara, una triste. Rápidamente se deprimió al pensar en sus seres queridos. Aún no se ha recuperado del todo.
«Como quisiera regresar…» Dice mientras una lágrima cae. «Lo deseo con tantas ganas…» Dice con una voz quebrada. «Pero solo puedo regresar a través de mi mente… y cada vez se vuelven más nubladas mientras que los pequeños detalles se van perdiendo… mi único lugar de consuelo, el único lugar donde puedo escuchar sus voces.» Alex suspira con tristeza «Pero debo de seguir adelante por ellos y darlo todo por segunda vez. Tal vez no pude salvar a mis seres queridos pero SE, SE que puedo hacer algo por mi gente y eso es algo que ellos querrían, así que no te rompas Alex, tu puedes hacerlo.» Se automotiva.
Alex cierra los ojos y se centra completamente en la sensación del frío viento en su cara mientras la paz inundaba su ser.
«Si… y que todos puedan vivir en paz y sin miedo, que todos puedan criar a sus hijos y verlos crecer, y que yo finalmente logre crear el país que yo quería.» Abre los ojos y sonríe. «Uno donde sea seguro, donde la economía fluya, donde la ciencia pueda ayudar a crear medicinas para la peor de las enfermedades, inventos nunca antes vistos y magníficos descubrimientos.» Suspira. «Y donde todos puedan estar orgullosos de vivir.» Entonces se ríe un poco. «Y donde yo pueda leer libros tranquilamente, después de todo, yo también puedo ser un poco egoísta ¿no?»
Alex respira hondo, abre los ojos y aparece una sonrisa de esperanza. Finalmente mira al cuerpo de Robert y ve que las heridas se están abriendo lentamente.
«Creo que esta vez estoy celoso de los poderes de sanación de los magos de luz.» Alex pone las manos en la espalda y sana con ineficiencia hasta que la herida se cierra, luego se toma la cabeza y hace un ruido de malestar. «Me queda menos de un tercio de mana pero con la velocidad del golem y viendo donde me encuentro, me deben de quedar 3 horas más o menos hasta llegar.»
Faltando 2 horas y media, Alex empieza a tener un gran dolor de cabeza.
Faltando 2 horas, le empezó a dar un poco de fiebre y fatiga.
Faltando 1 hora y media malestares como escalofríos y dificultad para respirar se manifiestan.
Faltando 1 hora se presentan dolores de estómago y mareos.
A la media hora se presentó dolor muscular y empezó a ver borroso.
Cuando Alex salió del bosque y vio las sombras del campamento, su golem se deshizo y Alex usó lo poco que tenía de mana para proteger a Robert de la caída y finalmente cayó rendido en el suelo. La gente que estaba cerca rápidamente ayudaron y llevaron a los 2 a una tienda en donde una joven maga de luz les empezó a tratar con nerviosismo, empezando con Robert y terminando con Alex.
Robert se despertó a los treinta minutos con un poco de dolor en la espalda, se tocó y sintió pequeñas cicatrices, después miró a un lado y vió a Alex, el cual estaba visiblemente sufriendo por falta de mana en su cuerpo. Alex estaba exageradamente pálido, sudando, temblando y delirando mientras una jovencita de cabello largo negro y ojos morados con vestimentas azules que tenía las manos puestas en el pecho de Alex mientras una luz blanca iluminaba levemente su cuerpo. Poco después se nota que Alex deja de sufrir y que duerme en paz.
La joven se limpia el sudor con una toalla mientras suspira. «Fue un poco difícil pero por ahora eso debe de ser suficiente. Reparar sus huesos fue fácil, pero la fatiga mágica es otro tema.» Dice alegre de haber terminado exitosamente y se sienta en una silla al lado mientras se estira.
«Disculpa…»
«¡Ah, estás despierto!» Se levanta y camina hacia Robert. «¿Te encuentras bien, no te duele nada?»
«Bueno, solo un poco la espalda, más específicamente las cicatrices.»
«Menos mal, ¡oh, es cierto! dame un momento.» Entonces la joven va hacia una mesa y trae consigo un plato y vaso. «Estoy segura de que no has comido ni bebido nada, toma.» Entonces pone ambas cosas en una mesita.
«Oh, gracias… este, ¿Cuál es tu nombre?» Pregunta un poco apenado.
«Elniz Niahani.»
«Gracias Elniz, yo soy Robert Auvin.»
«De nada Robert.» Dice mientras sonríe. «Entonces… ¿No vendrá nadie verdad?» Pregunta preocupada.
«No, nosotros nos ocupamos de ellos. Estamos a salvo.» Sonríe.
«Menos mal…» dice con alivio. «…todos estábamos nerviosos cuando dijeron que ustedes fueron contra los alusianos justo después de matar a los mercenarios, y que ustedes llegaran en este estado no ayudó mucho a calmar los nervios. ¡Cierto, debo de avisarle a la gente!» Dice alegremente y corre a dar el mensaje mientras que Robert la detiene.
«¡Un momento! ¿Cuándo se recuperará?»
Elniz se detiene y pone una cara un poco triste. «En una semana más o menos. El apenas y tenía mana encima cuando regresó contigo herido.»
Suspira. «Ya veo, supongo que le ocasione problemas pero… me alegra que no me haya dejado atrás.» Sonríe. «¿Y yo?»
«Deberías de ser capaz de caminar pero no te esfuerces, tu cuerpo aún se está recuperando.»
«Entendido. Bueno, muchas gracias por todo Elniz y por favor cuidalo bien. Ahora ve y da el mensaje de nuestra grandiosa victoria.» Alardea al final y se ríe entre dientes.
«¡Lo haré!» Entonces ella corre y le avisa a la gente las buenas noticias.
Robert mira la comida y un hambre insaciable llena su ser y finalmente comió tranquilamente, pero antes de eso miró a Alex y dijo. «Gracias por no dejarme.»
Autor: Perdón por tardar tanto en subir cap. jejeje.