El príncipe nigromante - Capítulo 15 - El otro bando
El otro bando.
Aedar.
Dentro de la mansión del señor de la ciudad, se encuentran decenas de caballeros alusianos custodiando el sitio. Dentro de un cuarto se encontraba un hombre en sus sesenta años, con cabello largo y moderadamente canoso, con una barba algo larga. Vestía ropajes blancos encantados con magia y a su lado estaba su bastón de oro con un cristal mágico de elemento luz de alta calidad en la cima.
Mientras este anciano escribía, el Barón Reler entró y se arrodilló ante su superior, el Vizconde-Mayor Bernard Erfen de Velina.
“Escuché que fracasaste.” Dice con serenidad.
“No tengo excusas, mi señor.”
“Levántate. Dime Valden, ¿Qué sucedió?”
El Barón se levanta y explica lo sucedido con el ataque de Alex con un poco de odio mientras el vizconde escuchaba pacientemente sin decir una palabra, poniendo atención a cada detalle.
“Ya veo… un nigromante de quinto nivel y uno bastante joven, sorprendente, es incluso más joven que Lodef… Entonces fue él el que agitó a los mercenarios.”
“¿A qué se refiere, como sabe que era nigromante? Ni siquiera nosotros lo sabíamos cuando nos enfrentamos.” Pregunto confundido.
“Poco después de que marcharas, descubrimos una gran pila de cuerpos mercenarios en las alcantarillas. Todos tienen signos de magia negra, razón por las que fueron descubiertos, y algunos de nuestros hombres caídos en los cuarteles mercenarios tenían los mismos signos.” El vizconde para de escribir, pues termino la carta. “No solo eso, descubrimos que en algunos de los almacenes que los mercenarios tenían habían esclavos, pero están vacíos. Él los liberó, pero estoy convencido de que lo hizo con ayuda. Aún si es nivel 5, es muy joven y debe de ser inexperto y la cantidad de daños es… abrumador cuanto menos.” El vizconde nota algo en su subordinado, era claro para el que este tenía algo que decir. “¿Sucede algo?”
“Estoy seguro de que todo fue accidental, por lo menos la parte de liberar esclavos.”
“¿En qué te basas para decir eso?” Pregunta
“Sinceramente creo que el ataque a los mercenarios fue orquestado por el oscuro, pero la liberación de esclavos no, eso fue sin duda alguna accidental. La razón de esto es que en las condiciones actuales de los rebeldes del norte, considerando que la información proporcionada fue correcta, no se atreverían a hacer un movimiento tan estupido. Hasta hace unos meses el ejército de ocupación destruyó la principal base de operaciones rebelde y capturó al líder, así que los rebeldes no están en condiciones para rescatar personas, en especial fuera de su territorio.”
“Interesante, ¿entonces dices que el oscuro actuó por capricho?”
“Es probable…” El barón se queda callado y pensativo.
“Te conozco Valden, no dijiste que estabas seguro. ¿Cuál es la otra posibilidad?”
“Sinceramente señor… creo que existe la posibilidad de que el nigromante no pertenece a los norteños. No digo que actuaba solo, pero creo que sin duda es un grupo reducido. Ellos fueron hasta el bosque, en donde ahora se ocultan ya que si fueran al norte por el camino principal, ya habrían sido atrapados.”
El vizconde sonríe ante la deducción de su vasallo. “Sinceramente, yo también creo en lo mismo.”
“¿En serio?” Pregunto sorprendido.
“Tenía mis sospechas, pero tu lo aseguraste al llegar a la misma conclusión. Verás, de los mercenarios sobrevivientes de la batalla, conseguimos información de que algunos de sus chicos no regresaban de la ciudad maldita desde hace algunas semanas. El capitán de la guarnición de Aedar reportó que mientras dialogaba con el capitán mercenario, este dijo algo similar así que la información debe ser correcta.”
El barón pone una cara de preocupación. “Teníamos problemas en el norte con rebeldes, los mercenarios se levantarán en territorio erovés y nuestro y ahora más problemas aparecen en el este. ¿Es que no podemos tomarnos un descanso?”
El vizconde ríe un poco. “Por lo menos nosotros aún tenemos estabilidad de la situación. ¿Sabes lo difícil que lo tiene el imperio? Se dice que las provincias del norte se rebelaron aprovechando que el imperio aún está débil, por lo que apenas y tienen hombres para manejar la situación en Ephiria.”
El barón asiente. “También escuché lo mismo de un mercader proveniente de Caria. Al parecer el imperio planea instalar un gobernador que responda a la familia imperial para manejar mejor la situación, por lo que probablemente será un príncipe imperial.”
Caria es el país isleño al norte de Ephiria. Ellos fueron neutrales durante el conflicto.
“Ya veo, supongo que tiene sentido, solo esperemos que no cometan el error del Imperio Catádico al intentar tomar control de todo.”
“Por lo menos no se tiran a sus primas.” Ambos ríen.
“Bueno, dejando eso de lado, por ahora solo podemos preocuparnos por nuestros problemas actuales, que es eliminar a los rebeldes del norte. Más adelante nos encargaremos del resto.”
“Si señor, a sus ordenes.” Dice con seguridad, confiando en la decisión de su señor.
“Oh, y Valden…”
“¿Si señor?”
“Toma esta carta y manda un mensajero que vaya a la ciudad de Marsileos. Es para el señor de la ciudad.” Dice con una sonrisa.
“Entendido.”
Al día siguiente.
“Mi señor, le deseo un buen viaje, y gracias por prestar a algunos de sus hombres. Me aseguraré de que los heridos se recuperen y descansen.” El que dice eso es Gaizo, comandante de la guarnición de Aedar.
“Repeliste el ataque pero perdiste muchas tropas, y con tan pocas, habrá caos en la ciudad y existe la posibilidad de que tanto mercenarios como rebeldes intenten cosas por aquí. Te las prestaré hasta que lleguen reemplazos una vez las tropas del general liberen nuestras ciudades.”
Para este punto, Gaizo ya había enviado un reporte sobre lo sucedido a sus superiores, pero aún así ya era tarde, pues los mercenarios ya empezaban a tomar ciudad por ciudad erovesa y alusiana que anteriormente eran ephirianas.
“Si señor, que la luz del guía lo ilumine. Le deseo suerte.” Gaizo se despide y ordena que las puertas sean abiertas, poco después, el ejército marcha.
1500 soldados alusianos emprendieron marcha a través de los campos ephirianos. Ellos viajaban mayoritariamente a pie, siendo solo el vizconde, sus capitanes y algunos caballeros quienes viajaban en monturas. La marcha tomó solo una semana hasta llegar a Marcileos.
Marcileos se encuentra bordeando un enorme bosque en el norte. La ciudad tiene alrededor de 300,000 habitantes y es un sitio bastante concurrido por los aventureros debido a las recompensas que el bosque puede ofrecer debido a las anomalías mágicas (Se explicaran al final del cap). La ciudad solo cuenta con 2 murallas y un castillo en el oeste, donde al mismo tiempo se encuentran las mansiones nobles, siendo algunas de ellas aún de nobles ephirianos que sobrevivieron pero otros de alusianos, entre ellos el señor de la ciudad que se encuentra en el castillo. La ciudad tiene 3 puertas, siendo la norte, sur y este, que es de donde se encuentran las granjas, pueblos y ciudades pequeñas de no más de 5,000 habitantes, convirtiendo esta ciudad la capital regional. Después de la guerra, la ciudad fue restaurada debido a sus tierras fértiles y valor comercial.
La guarnición es de 2,500 soldados que se encuentran en las murallas, puertas para examinar a los visitantes de forma exhaustiva y patrullan las calles, además de que en ciertos casos atacan células rebeldes dentro de la ciudad.
El vizconde y su ejército entran a la ciudad sin muchos problemas, pero antes de entrar el hombre a cargo da una advertencia.
“Mi señor, le ruego que tenga cuidado. La actividad rebelde aquí es alta y no es raro encontrar soldados muertos y oficiales cuya garganta fue cortada. Hemos intentado muchas cosas para erradicarlos pero nunca es suficiente.”
“Muchas gracias por la advertencia, pero para eso estamos aquí. Los erradicaremos de este lugar.” Dice mientras toma el hombro del soldado.
“¡Muchas gracias mi señor, puede contar con nuestra ayuda!” Dice con determinación.
“Esperemos que así sea, porque contaré contigo en el futuro.” Sonríe al soldado, dándole a este seguridad.
Una vez entran, los soldados escuchaban murmullos de la gente que estaba claramente descontenta con el arribo de estos.
Los soldados fruncieron el ceño. ¿Por qué tenían que soportar los insultos de simples ephirianos? La única razón que los detenía era evitar un levantamiento dentro de la ciudad, algo que había pasado de forma seguida en los primeros años y que llevó a la pérdida de aún más hombres.
“Vaya que son hostiles.” Dice el barón Valden.
“Y eso que solo son civiles, imagina ahora los rebeldes.”
“No es necesario, ya tuve un encuentro bastante molesto.”
Mientras hablaban, el vizconde nota un destello en el campanario.
“Je, parece que estamos siendo observados aunque era de esperarse, estamos en territorio rebelde como dijo aquel soldado.”
“¿Desea su captura señor?”
“Dejalo ser, no vivirá mucho después.”
“Lo que usted diga.” Dice confiando en el juicio de su señor. “Entonces, ¿Qué planea hacer para eliminar a los rebeldes?”
“Eso se discutirá después Valden, por ahora consigue posada para nuestros hombres. Yo iré y hablaré con el señor de la ciudad para que me conceda la autoridad sobre las fuerzas armadas de la ciudad. Una vez pase eso, iniciaremos la limpieza.” Dice con una sonrisa un tanto maliciosa.
“Entendido mi señor.”
“Oh, y Valden, compra un buen vino para mí. Escuché que los viñedos de Marcileos son bastante buenos, no hay que perder la oportunidad.”
“Qué coincidencia, planeaba hacer eso señor.” Ríe un poco.
“Entonces confío en tu juicio.”
Y así ambos oficiales se separan para cumplir con sus tareas.
Al vizconde Bernard no le tomó mucho tiempo convencer al señor de la ciudad, además de que el mensajero que había enviado con anterioridad había convencido al señor con aquella carta, pues en ella venía una orden del general al mando de la ocupación del occidente de Ephiria.
Al día siguiente, el vizconde y ahora comandante de la ciudad se reunió con sus capitanes en los cuarteles. A su lado se encontraba un paladín.
“Muy bien, me alegra que todos hayan llegado con seguridad. Este día discutiremos las medidas que serán tomadas para eliminar a los rebeldes dentro de la ciudad ¿Empezamos?” Él sonríe maliciosamente. “Dejen les presento a Lodef.” Muestra con la mano. “El nos ayudará a aplacar esta plaga.”
ANOMALIA MAGICA:
Una anomalía mágica es una zona en la que dentro de este hay bestias elementales más peligrosas de lo normal. Estos lugares aparecen inicialmente dentro de una cueva y lentamente se extiende por la zona como si fuera un tumor. Las cosas dentro de la anomalía cambian de acuerdo a su elemento, por ejemplo:
Si una anomalía es de elemento fuego, los árboles serán rojos y las bestias que estén en ese lugar por mucho tiempo mutan y se convierten en una variante de ese elemento. Imaginen un conejo que puede escupir fuego. Nada lindo.
Estas zonas tienen sus ventajas. Se puede usar la piel de ese conejo para crear una armadura más resistente al fuego y al remover el núcleo mágico de este, se puede usar para otros propósitos como combustible para un horno.
Si tienen mas dudas preguntar en los comentarios.