Proyecto Estigma: Orígenes - Capítulo 5 Parte 2
-Estoy volviéndome loco por la pérdida de sangre. –
Mientras se reía al ver como esos pequeños tentáculos avanzaban por su antebrazo, una voz femenina se escuchó como eco en su cabeza.
–Me gustas, vivirás… –
– ¿Quién dijo eso? –
Su mirada buscaba por todo el lugar, sin embargo, no había nadie más que él y sus hombres desmayados en dicho lugar.
-Maldita sea, ya enloquecí. –
Antes de poder seguir con sus frases, un dolor abrumador en su brazo le hizo recuperar parte de su conciencia, un grito salió de su boca y al mirar qué causaba tan insoportable dolor, encontró como esos tentáculos negros se introducían en su piel y se fusionaban con sus venas, no podía entender qué sucedía, aquella cosa se movía por su interior, podía sentirlo, el sufrimiento era inaguantable, sudor frío caía por su frente, todo lo que había estado pensando instantes antes había desaparecido, solo podía gritar mientras el organismo invadía su cuerpo.
Mientras tanto, ambos jóvenes corrían entre cada uno de los pisos del complejo, las puertas de acceso habían sido desbloqueadas y las rutas de emergencias abiertas, Laira se había detenido, sus ojos mostraban algo de furia y decepción hacia su compañero.
– ¿Querías morir? –
-Él nos sacó de ese horrible lugar… nos dio la oportunidad. –
– Intenté salvarlo, pero cuando desperté ya era demasiado tarde. –
– ¿Dejarlo ahí tirado fue intentar salvarle? –
– No quería usarlo, tú lo viste… era la única opción. –
–”5 minutos para limpieza de la base.”-
-Esto pinta mal… no creo que podamos llegar a tiempo. –
-Si encontramos la sala de seguridad podría intentarlo de nuevo. –
-Estás exhausta Laira, no puedo permitir que te arriesgues así. –
– ¿Entonces quieres morir, así como lo dejaste morir a él? –
Un gesto de disgusto salió de Nioh, detuvo su carrera frente a una de las cámaras de seguridad, dejó a Laira en el suelo recostada contra la pared y trepando sobre el barandal de la escalera logró tocar el lente, cerró los ojos y se concentró, un momento después sonrió.
-Bueno tenemos suerte, el cableado termina cerca de aquí, eso quiere decir que la sala no debe estar lejos. –
Ella permaneció en silencio, se notaba su disgusto por haber dejado a Leonard atrás, sin embargo, Nioh le ignoró nuevamente y subiendo a sus hombros comenzó a correr de nuevo. Poco antes de que la alarma informara que quedaban tres minutos llegaron a una enorme puerta metálica, a su lado estaba una consola de acceso y su pantalla se mostraba en rojo.
-Es aquí, los cables llegan justo a este lugar. –
Nioh nuevamente dejó a su compañera en el suelo y acto seguido puso sus manos sobre el frío metal, sus venas tomaron un color grisáceo y unos segundos después el metal bajo sus manos comenzó a tornarse en algo liviano similar a la goma, el chico enterró sus dedos y comenzó a estirarlo abriendo un agujero en él, un momento después había uno lo suficientemente grande como para poder ingresar.
Luego de dejar a Laira sobre la silla de control, Nioh comenzó a encender todas las pantallas, varias no daban señal, pero para su fortuna una de ellas mostraba varios vehículos estacionados al lado de lo que parecía ser un acantilado.
-Es nuestra salida, Laira. –
-Lo intentaré… –
–”2 minutos para limpieza de la base, por favor evacuar las instalaciones lo antes posible.” –
-Solo concéntrate… sé que puedes. –
Laira se enfocó en dicha pantalla, sus ojos comenzaron a secarse con rapidez obligándola a cerrarlos, esta puso sus manos sobre ellos y soltó un pequeño grito de dolor.
-Tranquila, solo concéntrate… no te fuerces. –
-No puedo… soy una inútil. –
Laira quitó sus manos de su cara y miró a Nioh con impotencia, sin embargo, el tomo sus mejillas y la miró fijamente. Como de costumbre sus cejas estaban fruncidas, parecía que él siempre estuviera de mal humor, pero en ese instante era diferente, había una intensidad en su mirada que antes no estaba.
– Jamás digas eso de nuevo, he sobrevivido a este infierno gracias a tu compañía, has soportado lo que nadie más podría, no eres una inútil… eres asombrosa y si no lo logras no será tú culpa, ya nos salvaste una vez hoy, el inútil soy yo, que no puede devolverte el favor. –
Laira permaneció muda ante dicha frase, nuevamente miró la pantalla fijamente, de nuevo sus ojos comenzaron a secarse, su brillo se hacía intenso y el aire en el lugar se ponía tenso y pesado, pequeñas partes de sus ojos tomaron una forma cristalina, este material se extendió hasta dejar a ambos cubiertos dándoles una apariencia rocosa. Poco tiempo quedaba antes de que el lugar estallara, la chica permanecía inmóvil mientras algo apareció en la pantalla. Justo al lado de los vehículos una enorme cantidad de viento se manifestó, este comenzó a girar con rapidez formando una especie de óvalo color violeta y justo al lado de Nioh comenzó a ocurrir exactamente lo mismo.
-Vamos, tú puedes. –
Sus párpados se humedecieron con sus lágrimas, el color de sus venas se tornó púrpura, estas simulaban tatuajes tribales debido a la intensidad del color, los óvalos formados se convirtieron en portales que unían aquella habitación con la entrada mostrada en el video de seguridad, una cantidad enorme de viento los rodeó y un olor a bosque inundó sus pulmones.
– ¡Excelente!, bien hecho Laira. –
Una sonrisa se formó en el rostro de la chica, Nioh la tomó en brazos y avanzó hacia el agujero.
– ¿Crees poder aguantarnos a ambos? –
-Solo no dejes que me duerma. –
-Es un hecho. –
Nioh salto sobre aquella manifestación y justo después apareció del otro lado, las cámaras ahora observaban a ambos chicos cayendo al suelo.
-Lo hicimos…- dijo la chica con un rostro de cansancio.
-Nunca dejaré de sentirme mareado cuando lo haces… – Los ojos del chico comenzaron a cerrarse.
-Creo que yo también dor… –
Ambos quedaron desmayados en el suelo junto a los autos que habían llevado a Leonard a ese lugar, los portales se cerraron y dentro de las instalaciones la cuenta regresiva llegó a su final. Las paredes desplegaron una enorme cantidad de llamas que cubrieron cada centímetro del lugar. A la espera de lo inevitable Leonard sonrió con elegancia mientras él y sus hombres eran cubiertos en las brasas.
Pasaron algunas horas desde ese instante, a las afueras de las instalaciones un increíble auto Nissan 370z de color rosa se acercó a la entrada, en su capot se dibujaba una cabeza de conejo color negro y en sus puertas se denotaba la sigla “MO”, su motor resonaba mientras se parqueaba cerca a los cuerpos de los chicos, lentamente la ventanilla del vehículo fue descendiendo hasta que un rostro femenino con cabello oscuro y corto, se asomó por ella.
-Vaya, vaya… ¿qué tenemos aquí? –
Mientras tanto dentro del complejo, la purga creada por el sistema había terminado y de las paredes surgieron unos aspersores que apagaron el fuego restante, toda forma de vida fue extinguida por las intensas llamas. Un olor nauseabundo provenía del cuerpo de Leonard, de su cadáver calcinado aún emanaba humo al igual que los de sus acompañantes, sin embargo, el suyo tenía algo diferente, una capa de materia negra similar al alquitrán, esta sustancia pululaba en su cuerpo mientras su tejido parecía reconstruirse. Grandes cantidades de calor recorrían su cuerpo, el líquido burbujeaba mientras su pecho comenzaba a moverse, su corazón latía de nuevo.
– ¿Qué es esta sensación? – pensó.
Lentamente sus músculos comenzaron a regenerarse, el tejido muerto caía al suelo mientras el nuevo tomaba su lugar, sus ojos calcinados recuperaban su forma y utilidad, un respiro ahogado y asustado salió de su boca mientras su visión regresaba mostrando las ruinas quemadas a su alrededor. Un calor insoportable recorría cada parte de su cuerpo, lentamente subió sus manos a la altura de su vista observando cómo su piel volvía a surgir sobre sus nuevos músculos.
– ¿Cómo demonios?, ¿Qué es esto? –
Sus dudas carcomían su mente, sin embargo, una sensación de satisfacción comenzaba a llenarlo, era como si estuviese volviendo a nacer.
– ¿Sientes el poder recorriendo tus venas? –
– ¿Quién ha dicho eso? – Preguntó mientras giraba su mirada en todas direcciones tratando de encontrar al sujeto.
-Soy tú. Solo déjame salir. –
-Debo estar volviéndome loco… –
Leonard tomo su cabeza confundido, su cabello no estaba ahí, asustado gateó un poco hacia atrás chapoteando en los charcos creados por los aspersores. Nuevamente la voz electrónica hablo.
–” Restableciendo sistema, iniciando reparaciones e informe de daños” –
Las luces se encendieron, los ojos del hombre miraron horrorizados su reflejo en el agua, su rostro incinerado se regeneraba frente a sus ojos desorbitados, la falta de párpados hacia qué su expresión facial fuera aterradora y su falta de cabello y piel le daban un aspecto repulsivo. Un grito desenfrenado salió de su boca, una cantidad enorme de humo empezó a llenar la habitación, podía sentir como su corazón palpitaba con fuerza, la locura le estaba invadiendo, sin embargo, recordó la voz de aquella mujer que le habló antes de que el fuego consumiera su cuerpo y se dio cuenta que la voz que le acababa de hablar era la misma.
Poco a poco fue tranquilizándose, su cuerpo cada vez se podía mover con mayor facilidad y la sensación de fuerza invadía sus venas como si de una droga se tratara. Una percepción fuera de lo común surgió en su mente, algo en su interior se movía constantemente y un calor inmenso se producía a través de los poros de la piel que ya cubría nuevamente sus músculos, empezó a dejarse llevar mientras una imagen clara surgió en sus pensamientos.
-Esto es muy interesante… – pensó.
Mientras tanto en el exterior aquella chica observaba los cuerpos de ambos chicos, una sonrisa se dibujó en su rostro y en un acto de impulsividad golpeó el rostro del chico con tanta fuerza, que sus ojos se abrieron al instante y una espina de metal apareció del suelo deteniéndose justo a unos pocos centímetros del ojo de la peculiar mujer. Nioh asustado busco a Laira y giró a mirar a su agresora con odio, unos segundos después ella respondió.
– ¿Oye niño, ¿dónde está el guapo y elegante sujeto de ropa violeta? –
-No sé de qué hablas, perra… –
Una sonrisa pronunciada se dibujó en el rostro de la chica mientras cerraba sus ojos amistosamente, nuevamente Nioh creó una espina de metal y la apuntó justo a la frente, sin embargo, se detuvo prácticamente a la misma distancia y se evaporó. La mujer abrió sus ojos y le miró fijamente mientras arreglaba el listón que adornaba en forma de equis uno de sus mechones, el chico entró en pánico, de alguna manera esa mujer estaba deteniendo sus ataques sin mover ni un dedo.
-Estas siendo muy descortés… repetiré mi pregunta solo una vez más, sino te mataré. – respondió con una sonrisa perturbadora. – ¿Dónde está el sujeto de ropa violeta?, piensa muy bien tu respuesta… hueles a él, así que no me mientas –
– ¿Hablas del sujeto con voz afemina…? –
Antes de terminar su frase la extraña chica desenfundo un arma que aparentemente guardaba bajo su minifalda, Nioh se sonrojo al alcanzar notar un pequeño conejo de color negro dibujado en la ropa interior de su atacante y justo después cerró sus ojos asustado.
– ¡Bang! – dijo la mujer.